jueves, diciembre 20, 2007

hotel d'Entre

Sentado en este sillón donde no queda nadie
donde las paredes caen sin tocarme
y el sueño seco e inmóvil
parece quedarse abierto y semihumano
flotando como una exigua conciencia
en un mar de rojo vértigo
como si la causa de su ausencia en dios
fuese justamente el atisbo oleado del demonio.

He dormido tanto..
y no sé quién sangra en la ventana
quién despierta vez tras vez y se confunde, con los obreros
los artistas o las putas...
Sobre la mesa una vista putrefacta
un gremio hediondo de comida, flores y peces
absolutamente todo ha envejecido o muerto
y sin embargo cada cosa y cada lugar
parecen detalles de un monstruo armonioso y vívido.
Sentado en un sillón donde no queda nadie
entre el adiós, el hotel y el cuarto.

(1999.Tx.P)

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