sábado, diciembre 01, 2007

La madre y la Inopia

El beso de una nube despertó al amor
y el rostro frío y vetusto del desierto
se elevó en medio de los dos como una víctima.
Mis manos sobre tu vientre
no has dejado de parir
y las migajas del hastío empiezan a caer
una tras otra
sobre mí
y sobre este cielo estrecho que nos va pintado la boca de
apetitos...
Un momento para que amamante
el amo de este lodazal de cuerpos
para que tú Dios mío
tú sangre insoluble
vengas a besarnos en los labios como a una herida.
Mis manos sobre tu pecho
basta dejar de beber, para reconocerlos
para dejar de llamarte mujer
y dejar de llamarnos hijos.
El beso de una nube despertó al amor
y la sombra seca y estéril de la luna
se levantó entre los dos como un muerto.

(my-2001 tx)

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